martes, febrero 27, 2007

Con sabor a Boston IV

Esto es para la niña que ha querido robarme todas las sonrisas, todos los te quiero, todo el amor, todo mi ser, todo... Hoy es para ella, el ayer no existe, ni el mañana tampoco; por eso somos eternos. Para tí, Susana.


Con sabor a Boston IV

Hoy no salí, mi alma se carcomió un poco del encierro preciso,
entendí que la extraño cada día más y eso me enamora,
inconsciente me reclamo no decirselo, pero ella lo sabe,
ella sabe todo, lo lee en mis ojos, en mis manos, en mi piel.

Yo soy como un libro viejo, me considero tan sublime,
pero a la larga tienen que leerme con cuidado,
mis hojas están viejas y frágiles, historias olvidadas,
llenas de mugre, de desaliento, de licor, de vejez...

Ella es una buena lectora, al menos una muy cuidadosa
intenta no arrancarme las hojas al leerme,
no quebrarme la solapa al abrirme, no quemarme en el olvido...

Cada día me enamoro de eso, de su ternura, de su locura,
de su afán por devolverme la timidez que nunca tuve,
de su necesidad de abrazarme y abrazarse eternamente.

Hoy no salí, quise entender -con éxito- que es ella
la que hoy me hace sonreír, la que quiero hacer feliz
con cada recuerdo que le creo e imagina a diario,
la que quiero hacer feliz siendo yo y nada más que eso.

Y entendí que es ella la que me hace llorar, gritar,
componer, soñar, vibrar, reír a carcajadas, vivir...
Ella me hace ser libre con su esencia.


Daniel.

martes, febrero 13, 2007

¿Parece un Diario?

Hace rato no escribía nada, hace tiempo no me sentía ni bien, ni mal, ni triste, ni agónico, ni muerto siquiera... Vamos a ver si el silencio de mi alma se atreve a permanecer un tiempo más... ¡Vamos a celebrar el día de no cumpleaños!

12/02/07

- ¿Cómo le explico a mi vida que el enamoramiento debe ser mutuo?
- No se puede, no se quiere poder.


En esta noche me gustaría volar hasta tu alma
y preguntarte qué sientes por mí
terminar esta agonía que, si bien
no me mata, me hace más fuerte...

Aunque de cierta manera lo puedo hacer,
ahora, mientras cierros mis ojos te veo,
sé que duermes, sueñas conmigo; no lo aceptas.
¿Te preguntas lo mismo?

Debería saber a ciencia cierta si lloro
o si le pongo alas a este sentimiento que nace;
tal vez haga las dos, como siempre.
Saber llorar es algo que no se aprende.

Escribir con lágrimas te nubla la vista,
todo se parece a nada, a todo, a tí,
esto parece el diario que nunca tuve
y tú pareces la razón absoluta de él.

Daniel