miércoles, abril 05, 2006

Antes de la partida

Bueno, creo que dejaré de escribir más o menos por un mes... me voy para Ecuador, a la bella ciudad de Cuenca, esperemos que todo salga bien, pondré un cuento dedicado a mi amora...

Sarita

Ella es Sarita, hace poco que la conozco pero mucho que la observo. Antes siempre era la misma, jugaba, sonreía, saltaba y corría; pero no era feliz. Con el tiempo esa sonrisa dolía, mutilaba mi decencia; así que un día salté mis barreras:

– ¿Cómo te sientes? – Le pregunté
– Son veintitrés mil pesos – interrumpió alguien en el fondo – por ser la última es más cara.

No lo podía creer, estallé en cólera ¡Qué infamia!, salí de allí lo más rápido que pude, trastornado, con Sarita de la mano. Supe que me agradeció el haberla liberado, el estarla valorando y, sobretodo, el estarla amando mucho más que ella misma.

Siempre observo a Sarita, en nuestros momentos íntimos le hablo, la acaricio; es más difícil ahora que vive lejos. Un día se cambió de casa, ya no vive conmigo, ahora vive en una casa grande, de tres pisos, como le gusta a ella… Ahora dejé de ser su amigo y con mi incapacidad para soñar sólo atiné a preguntarte:

– ¿Te gustó mi muñeca?


Va para mi niña... Te amo... me harás falta.

Daniel.